Teatro Colón, Buenos Aires

TEATRO COLÓN, BUENOS AIRES






El Teatro Colón, situado en la Ciudad de Buenos Aires, es uno de los teatros de ópera más importantes del mundo, por su tamaño, acústica y trayectoria. Es considerado uno de los cinco mejores teatros para la ópera por su espectacular acústica.

Comparable con La Scala de Milán, la Wiener Staatsoper, la Ópera Semper de Dresde y la Ópera de París, es índice inequívoco de consagración y cita ineludible de quienes aman la música. El Colón ha sido desde siempre un teatro venerado por los públicos y por los más grandes artistas.

El primer Teatro Colón se inauguró el 24 de abril de 1857 en la Plaza de Mayo. Son las instituciones y su gente, más allá de sus edificios que los albergan y de sus inevitables influencias, las que cuentan para la historia. Aquel viejo Colón, sin embargo, estaba destinado a desaparecer un 13 de septiembre de 1888 para dar paso a un emprendimiento estatal de mayor calibre, que desembocó, veinte años después, en el actual edificio de la calle Libertad. En el intervalo, la crisis de 1890 y sus coletazos impidieron la inauguración de la nueva sala para el 12 de octubre de 1892, a 400 años exactos del descubrimiento de América.  

A finales del 2006, el Teatro Colón fue sometido a un profundo proceso de restauración concertiva y modernización tecnológica, que le devolvió el brillo original de sus años de esplendor, logrando mantener su acústica intacta. Fue reabierto el 24 de mayo del 2010, como parte del festejo del Bicentenario de la Argentina.

Depositario de una larga tradición de la música Argentina comenzada en el siglo XVIII, fue inaugurado el 25 de mayo de 1908 con Aida de Guiseppe Verdi, después de haber estado en construcción por casi veinte años.




Los sucesivos arquitectos que tuvieron a su cargo la imponente obra (Francesco Tamburini, Vittorio Meano y Jules Dormal) conciliaron en sus diseños estilos tan disímiles como el ático-griego, que predomina en el exterior, y, según Vittorio Meano: Los caracteres generales del Renacimiento italiano, la buena distribución y la solidez propias de la arquitectura alemana, y la gracia, variedad y bizarría de ornamentación  asociada a la arquitectura francesa, hasta conformar un admirable ejemplar del estilo ecléctico del siglo XIX.

El edificio ocupa 8200 metros cuadrados y la superficie total es de 58.000 metros cuadrados en el predio ubicado entre las calles Tucumán, Libertad, el pasaje Arturo Toscanini y la calle Cerrito (perteneciente a la Avenida 9 de Julio), desde donde se contempla una excelente perspectiva del teatro.

Con capacidad para 2487 espectadores sentados (alcanzando los 4000 con los puestos de pie), divididos en 7 niveles, la sala agota las posibilidades de la forma herradura a la italiana. Tiene 32 metros de diámetro, 75 de profundidad y 28 de altura, en un entorno de estilo ecléctico que combina el neorenacentismo italiano y barroco francés. El diseño del teatro presenta una rica decoración en dorado y escarlata.

La cúpula original de Marcel Jambon se dañó con filtraciones de humedad después de un baile de carnaval en los años 30, y fue vuelta a pintar en 1966 con motivos musicales por el reconocido artista contemporáneo Raúl Soldi rodeando la araña principal, de 7 metros de diámetro con 700 bombitas eléctricas. El escenario tiene 35 metro de profundidad por 34 de ancho y la boca de la escena es una de las más grandes a nivel mundial, con forma de herradura a la italiana. Rodean la sala el gran hall de entrada o Foyer, el Salón Dorado, el Salón de los Bustos, el Salón Blanco y el Museo, que alberga los trajes utilizados por algunas de las celebridades que pasaron por su escenario.


Escalinata de entrada a la sala principal 




Entrando por la puerta principal una marquesina de hierro forjado recibe al visitante y un gran vestíbulo lo introduce al teatro. Adornan este vestíbulo columnas con basamento de mármol rojo de Verona, recubiertas de estucos imitando el mármol botticino con aplicaciones de estucos dorados.


El hall, de 14 metros por 28 está coronado por un luminoso vitral en forma de cúpula, a 25 metros del suelo, realizado por la casa Gaudin de París. El piso, con diseño de guardas y motivos decorativos está realizado en teselas de gres de irregular forma.


Dos cabezas de león, talladas en piezas únicas, flanquean la escalinata de entrada, realizada en mármol de Carrara. Mármoles amarillos y rosados de Siena y Portugal, dan distintos matices de color y textura a la balaustrada. Suscesivas escalinatas, enmarcadas en vitrales de Gaudin, llevan a los niveles superiores.


La sala principal está construida con curva a la italiana, en forma de herradura algo alargada, tiene un total de 75 metros de largo y 38 metros desde el fondo de la platea hasta el telón. La sala une a las características ideales de la resonancia italiana y la claridad francesa, un elemento imponderable y único que ha convertido al Teatro Colón en favorito de muchos grandes artistas.


Un gran plaffonnier de bronce en semiesfera ilumina la sala con 600 lámparas. Un centenar de apliques de bronce con tulipas de diseños múltiples y numerosas cajas con luz indirecta, sumados al rojizo y fresa de la tapicería y al oro pálido y marfil antiguo de los elementos de decoración, otorgan a la sala un tinte cálido y acogedor.


La platea está conformada por 632 butacas de hierro forjado y madera, tapizadas en pana y dispuestas en veintidós filas, divididas en dos por un corredor central. La generosidad de las dimensiones del teatro permite el paso cómodo de espectadores entre las filas, sin molestar al público ya sentado.


Salón dorado del Teatro Colón 


Desde las entradas laterales hasta el escenario hay, a derecha e izquierda, sendas filas de cinco palcos baignoire o grillés, construidos bajo el nivel de la platea y cerrados por una reja removible de bronce. Utilizados originalmente por el sector de público que guardaba luto o no quería ser visto, estos recintos albergan hoy cabinas de grabación de audio y video, así como de retransmisión de los espectáculos por radio y TV. Estas grabaciones forman parte del archivo del Colón, que contiene buena parte de la memoria viva del teatro y algunos de cuyos tesoros están ahora disponibles para los melómanos del mundo.


Se elevan, desde la platea, tres niveles de palcos: bajos, balcón y altos. Construidos a la francesa, abiertos y con divisiones bajas, una cortina de brocato de seda, color rosa viejo los separa de su antepalco, amueblado con banqueta, espejos y percheros. Los pisos superiores reciben los nombres de cazuela (con espacio de a pie, tradicionalmente dedicado a las damas), tertulia (para caballeros solamente), galería y paraíso. A las localidades con asiento se suman más de 1500 lugares para espectadores de pie, diseminados en esos cuatro niveles.


A 28 metros de altura, la sala está coronada por la cúpula realizada en 1966 por el pintor argentino Raúl Soldi. Según el propio artista: he querido hacer de la cúpula un espejo, una memoria de colores que evoque la magia de este Teatro. Al poner las manos en el proyecto, pensé fijar en el techo, todo lo que acontece y aconteció en el escenario. De este modo surgió la idea de esta ronda en espiral invadida por cincuentiún figuras, incluyendo los duendes del Teatro, que logré rescatar escondidos de cada rincón del mismo...


Los personajes que habitan la obra ilustraron también el ballet que sobre las Arias y danzas antiguas de Ottorino Respighi se representó en la sala el día de la inauguración de la nueva pintura de la cúpula, el 25 de mayo de 1966.




Cúlpula de la Sala Principal del Colón, obra de Raúl Soldi

El tradicional paseo durante los intervalos permite la visita a los grandes salones del Colón. El Foyer, o Galería de los Bustos, decorado con bustos de compositores, realizados por Luis Trinchero y con el importante grupo escultórico llamado El Secreto de Eberlein, comunica con el Salón Blanco. De estilo Renacimiento francés, se trata del antepalco de la platea balcón en funciones oficiales y se utiliza frecuentemente para reuniones formales, conferencias y agasajos. Dois grandes galerías, coronadas por vitrales, ofrecen una vista amplísima del hall de entrada y conducen de la Galería de los Bustos al Salón Dorado.


Lugar preferido de encuentro, el Salón Dorado es de inspiración francesa, reminiscente del Gran Foyer de la Ópera de París. El dorado a la hoja de su decoración, las columnas talladas, las arañas, los vitrales de Gaudin con imágenes de Homero y Safo y el refinadísimo mobiliario son reflejados por una sucesión de espejos que potencia su fastuosidad. Convertido ya en una sala con vida propia (en donde se realizan múltiples conciertos con entrada libre y gratuita), el Salón Dorado es centro permanente de conciertos de música de cámara, conferencias y exposiciones paralelas a la actividad de la sala principal, con entrada, como ya mencionamos, libre y gratuita.


Su estaus artístico está arraigado de tal forma en el imaginativo colectivo argentino que se saluda al grito de ¡Al Colón! a los triunfadores de las más diversas expresiones culturales argentinas. 


La mística que rodea al teatro ha inspirado obras literarias como El gran Teatro de Manuel Mujica Láinez, basado en la representación de la ópera Parsifal de Richard Wagner, del año 1942, con Lauritz Melchior.


Finalmente, en noviembre de 1989 el Teatro Colón fue declarado Monumento Histórico Nacional.




Sala Principal del Teatro Colón











Comentarios